La cocina es el corazón del hogar.
Es donde uno se puede relajar con una buena taza de café, donde los viejos amigos se reúnen para recordar buenos momentos y donde la magia de las mamás ocurre. Lo malo de tener una cocina muy social es la cantidad de cosas que se dejan ahí y cuando ésta empieza a parecer un closet. Desde la correspondencia hasta los celulares y los libros. Este lugar favorito para pasar tiempo se puede convertir fácilmente en una pequeño bodega de objetos que no deben estar ahí.
Así que. ¡Reconquista tu cocina! Deshazte del estrés de nunca poder encontrar los utensilios, las ollas y los cubiertos. Sigue estos tips y es muy probable que tu cocina vuelva a ser... una cocina.
Identifica los puntos “malos” de tu cocina. Nos referimos los puntos o áreas de tu cocina donde se acumulan la mayoría de las cosas ajenas a este espacio, casi siempre son los cajones, la alacena y los anaqueles.
Una vez que hayas identificado estas áreas de atención, empieza a ordenar las cosas más pequeñas y vete así hasta llegar con las cosas más grandes, poco a poco. Puedes desechar las ollas, sartenes y tuppers que ya no uses o que ya estén viejos y ya no sirvan.
Los mostradores de la cocina tienden a atiborrarse. Fácilmente se llenan de papeles, cajas de cereal, siempre tienen pequeños electrodomésticos y accesorios de decoración. Encuéntrale un nuevo lugar permanente a la correspondencia. El espacio en los mostradores debe ser para los electrodomésticos de uso diario. Lo demás es mejor que los guardes dentro de los muebles de cocina. También vas a encontrar que entre más cosas decorativas elimines, más amplia y limpia se verá tu cocina.
Tu refri también es muy importante. Es buena idea organizar todo lo que tengas dentro del refri, de esa manera cocinar va a ser más agradable. Tira cosas caducas en la basura. Pon los productos más grandes hasta atrás, organiza por tipo de comida como lácteos, verduras, etc. La próxima vez que quieras hacerte un sandwich vas a encontrar más rápido el jamón.
Es buena idea lavar los trastes justo después de haber acabado de comer o simplemente ponlos dentro de la lavavajillas.
Una vez que hayas acabado de hacer eso ¿Por qué no invitar a tus amigos o familia y enseñarles tu “nueva” cocina?